Por: JunquitoSite
Al elector de El Junquito no se le convence con dedocracia tal como ocurrió con Pablo Medina, al elector se le convence respetando su participación en los comicios
Basta con ser ciudadano y vivir en Venezuela para saber que lo que ha hecho el chavismo durante 11 años de gobierno, ha sido un total desastre en política de Estado e injusticia social, y precisamente las esperanzas están centradas en la elección de un nuevo parlamento, que represente a todos los sectores del país sin distinción de raza, credo o apetencia partidista.
El pasado domingo se celebraron las elecciones internas de la Mesa Unidad Democrática con el CNE como garante del proceso, pero en esta oportunidad el sabor amargo nos lo dejó la oposición en ese proceso lleno de vicios, donde presuntamente la transparencia sería la virtud presente durante todo el acto comicial.
Resulta difícil de creer que Yvan Olivares y Pablo Medina hayan resultado triunfadores de esta primera contienda, no son los líderes carismáticos de la parroquia El Junquito, porque al parecer prevaleció la maquinaria partidista por encima de cualquier proceso eleccionario, sin embargo de no ser así y la oposición comience a aplicar la dedocracia y la repartición de puestos solo lo sabremos el 26 de septiembre cuando haya que enfrentar a los candidatos rojos, sabremos si fue correcta la decisión de la MUD de colocar a estos representantes de la oposición o por el contrario el llamado pueblo de las parroquias del Circuito 1 les pasaran factura con abstención o votando por el chavismo.
Los venezolanos no somos ciegos, a pesar de repetir reiteradamente por los medios que todo fue perfecto en la Mesa de la Unidad Democrática, fue poco creíble cuando seguimos viendo como todavía no han logrado acuerdos en distintas regiones del país , lo que debe invitar a la reflexión de partidos como Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, ganar la Asamblea no es cuestión de repartirse curules, ganar la Asamblea es ratificar la democracia a través del contrapeso de los poderes del Estado, es decirle no al Comunismo y ponerle frenos al Presidente de la República.
Al elector de El Junquito no se le convence con dedocracia tal como ocurrió con Pablo Medina, al elector se le convence respetando su participación en los comicios
Basta con ser ciudadano y vivir en Venezuela para saber que lo que ha hecho el chavismo durante 11 años de gobierno, ha sido un total desastre en política de Estado e injusticia social, y precisamente las esperanzas están centradas en la elección de un nuevo parlamento, que represente a todos los sectores del país sin distinción de raza, credo o apetencia partidista.
El pasado domingo se celebraron las elecciones internas de la Mesa Unidad Democrática con el CNE como garante del proceso, pero en esta oportunidad el sabor amargo nos lo dejó la oposición en ese proceso lleno de vicios, donde presuntamente la transparencia sería la virtud presente durante todo el acto comicial.
Resulta difícil de creer que Yvan Olivares y Pablo Medina hayan resultado triunfadores de esta primera contienda, no son los líderes carismáticos de la parroquia El Junquito, porque al parecer prevaleció la maquinaria partidista por encima de cualquier proceso eleccionario, sin embargo de no ser así y la oposición comience a aplicar la dedocracia y la repartición de puestos solo lo sabremos el 26 de septiembre cuando haya que enfrentar a los candidatos rojos, sabremos si fue correcta la decisión de la MUD de colocar a estos representantes de la oposición o por el contrario el llamado pueblo de las parroquias del Circuito 1 les pasaran factura con abstención o votando por el chavismo.
Los venezolanos no somos ciegos, a pesar de repetir reiteradamente por los medios que todo fue perfecto en la Mesa de la Unidad Democrática, fue poco creíble cuando seguimos viendo como todavía no han logrado acuerdos en distintas regiones del país , lo que debe invitar a la reflexión de partidos como Primero Justicia y Un Nuevo Tiempo, ganar la Asamblea no es cuestión de repartirse curules, ganar la Asamblea es ratificar la democracia a través del contrapeso de los poderes del Estado, es decirle no al Comunismo y ponerle frenos al Presidente de la República.
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