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jueves, 25 de marzo de 2010

Un toldito con olor a anarquía

Por: JunquitoSite
El expendio de pescado fresco y pescado seco son mercancías que suponen amplias normas de higiene para su venta por lo delicado del tipo de mercancía para el consumo humano, es común ver en los periodos cercanos a la semana mayor personas dedicadas a este comercio en algunos puntos de la carretera El Junquito, y ello está bien porque todavía existe en Venezuela, el libre derecho al trabajo y al comercio como parte de las libertades ciudadanas, al menos así lo refleja la norma plasmada en nuestra constitución.

El primer detalle de la instalación de este todito rojo o puesto de trabajo es su ubicación sobre una cuneta, por donde clara y visiblemente pasan aguas servidas, de tuberías descargadas a la vía pública por habitantes del sector, donde se percibe el olor a pestilencia. El segundo detalle es la manipulación a manos libres de lo que se supone será el alimento de algún consumidor por parte de los vendedores. El tercer detalle, la mercancía “pescado”, se ubica sobre algunas gaberas plásticas en una suerte de equilibrio de no caer al suelo, donde se descarga en forma directa el hielo, la sangre y la sal, pero ¿Quién vela por la salubridad de la mercancía?

Este toldito está ubicado en plena vía pública, justo al lado de una carnicería del kilómetro 8 de la parroquia, en la parada de microbuses, pero después de un día de ventas queda la sangre, los malos olores y las moscas que son atraídas por todas las condiciones descritas por el tipo mercancía.

¿Por qué los organismos competentes del gobierno, que de seguro ven estas situaciones, no establecen los controles correspondientes a este comercio informal?
¿Quién les ha otorgado permiso de manipulación de alimentos a estos señores suponiendo que asi fuese?

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