Por: Juan Carlos Apitz.
Para borrar de la faz de la tierra venezolana la propiedad privada, el gobierno nacional promulgará próximamente la Ley de Propiedad Social. En ella no se define con exactitud qué es la propiedad social, por lo cual podemos concluir que propiedad social es cualquier bien, mueble o inmueble, que genere envidia.
La propiedad privada en Venezuela no vive sus mejores momentos. Le sobran detractores y le faltan defensores. Quienes creemos en la propiedad privada, en esta "hora loca" que se ha extendido por más de diez años, somos señalados de defensores de los poderosos y de insensibles y malucos con los menesterosos; cuando nuestro único delito es creer en la prosperidad. ¿Por que no defender la propiedad privada?
Las sociedades que más respetan la propiedad privada son las que han logrado un mayor grado de progreso material a lo largo de la historia. Sólo basta darle un vistazo a las ruinas que dejaron los experimentos socialistas del siglo XX, como los casos de Rusia, Ucrania, Polonia, Checoslovaquia, etcétera.
Las sociedades que más respetan la propiedad privada son las que han logrado un mayor grado de progreso material a lo largo de la historia. Sólo basta darle un vistazo a las ruinas que dejaron los experimentos socialistas del siglo XX, como los casos de Rusia, Ucrania, Polonia, Checoslovaquia, etcétera.
En los países prósperos, el sistema político se ha limitado a cobrar impuestos bajo el concepto de igualdad para retribuir a los contribuyentes con seguridad y justicia, con mayor eficiencia y el menor costo. Hay aceptación de las ideas mayoritarias y el respeto por las minorías, mediante el acatamiento de los derechos humanos. En ellos se ha facilitado la circulación de los factores productivos, esencialmente el capital y el trabajo.
Los mayores avances en tecnología y desarrollo industrial son el resultado del debate científico y la protección de los derechos de autor. Entonces, son factores esenciales de crecimiento: el avance en los conocimientos, el espíritu innovador y la acumulación de capital; en aquellas sociedades que no han cumplido con estos parámetros, los avances han sido considerablemente menores o no sustentables en el tiempo. Sumado a la concentración de poderes en los denominados sistemas patrimonialistas, es decir, en aquellos en los cuales el patrimonio del estado se confunde con el del líder máximo.
Entonces, ya a estas alturas del avance de la civilización occidental podemos deducir que los países que ahora son desarrollados lo lograron mediante el respeto a la propiedad privada; el apego a las leyes; la separación y límites del poder; y el respeto a las instituciones. Nada fuera de lo común (en los países desarrollados, claro está). Mientras tanto en nuestro vecindario venezolano se oye aún de revolución agraria, nacionalizaciones, expropiaciones, redistribución de la riqueza, "equidad" tributaria, economía "solidaria", lucha de clases, etc. Se habla de sustituir la propiedad privada por la propiedad social. ¿No será, más bien, que se habla de propiedad socialista?
No hay comentarios:
Publicar un comentario