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lunes, 8 de diciembre de 2008

Perrarina

Por: Milagros Socorro
El régimen de Chávez se caracteriza por su ineficiencia, su corrupción y sus mentiras. Desde luego, está el embeleco mayor, según el cual el socialismo consiste en que un militar se apodera del país y de todas las instituciones; persigue a quienes tenían posesiones antes de su ascenso al poder (sobre la mentira de que los pobres no tienen porque otros se quedaron con lo que les correspondía)obstaculiza la producción local y apoya la extranjera; insulta, amenaza y reprime a quienes se le oponen; y reparte dádivas. Esta puede ser la matriz de todas las mentiras de Chávez, la que apunta a que el socialismo es un pacto a partir del cual las masas le confieren el poder a un militar y éste, a cambio, les da becas y bolsas de comida.

De esa mentira fundamental se desprenden cada día racimos de falsedades. Decíamos que en la rueda de prensa ofrecida a los corresponsales extranjeros después de las elecciones del 23N, Chávez desgranó embustes a ritmo de metralla. Pero dijo dos en las que debemos detenernos, por extravagantes y por la agilidad con que han venido divulgándose. La primera, analizada en nuestra entrega anterior, es la ficción que insiste en que la propuesta de reforma de la Constitución fue rechazada por un margen ínfimo.

La otra farsa monumental es que a la llegada de Chávez al poder en Venezuela había tanta hambre "que las mujeres daban Perrarina a sus hijos". Una mentira descarada. La verdad es que ningún experto en nutrición ha conocido de algún caso en que un venezolano pobre sea tan bruto como para gastar lo poco que tenga en un saco de Perrarina, muchísimo más costosa que la harina de maíz, verdadera fuente de nutrición de los venezolanos de todas las clases (desde luego, sólo los más desposeídos la tienen como sustento exclusivo: los pobres de Venezuela se están alimentando con dos o tres arepas al día; y depende de sus ingresos que le añadan un poco de margarina o queso rallado). Por lo demás, no se ha reportado en ninguna investigación la ingesta de Perrarina en humanos ni aparece mencionada en Anales Venezo lanos de Nutrición, con 20 años de circulación.

Lo que sí está documentado es que, antes y después de la presidencia de Chávez, se administran teteros de harina de maíz o de agua donde se han cocinado espaguetis, práctica, por cierto, que recrudeció en los meses de desabastecimiento de leche en todo el país. Y esto ocurrió durante el gobierno de Chávez, administración que suspendió el programa del vaso de leche para niños en edad preescolar y primaria, una iniciativa que había comenzado con la democracia. Valga recordar que en 1989, durante el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez, se instrumentaron otros programas, como la beca alimentaria, los hogares de cuidado diario, y el PAMI, Programa de Asistencia Materno Infantil, que incluía la distribución de leche en la población infantil. A principios de los noventa, se atendía 1,9 millones de niños. El vaso de leche se mantuvo durante el gobierno de Caldera... hasta que Chávez lo mandó a recoger y el programa no fue reactivado, excepto en estados como el Zulia, que lo mantienen por su decisión.

Chávez dijo a los corresponsales que su gobierno había acabado con el hambre en Venezuela. ¡Falso! El boletín emanado este septiembre del Instituto Nacional de Nutrición (INN) dice que en el trienio 2002-2004 había 3,77 millones de personas con subnutrición en el país. Y que en el trienio 2005-2007, había 1,7 millones de subnutridos, esto es, 6% de la población. Pero en 2007, siempre según el INN, la cifra aumentó hasta 2.198.656 personas en situación de subnutrición, lo que implica que 576.817 venezolanos ingresaron al temible rango. Y que 8% de la población está subnutrida. Pero resulta que el Colegio Nacional de Nutricionistas y Dietistas de Venezuela rechazó las cifras del INN, ya que según este gremio las cifras reales son mayores –y más espeluznantes– que las oficiales; y la evidencia en la que basan su afirmación es la dificultad para conseguir los alimentos, debido al desabastecimiento y, sobre todo, al alto costo de la canasta alimentaria, así como a "la baja producción de alimentos en el país y la concurrencia de personas en hospitales, debido a los malos hábitos nutricionales".

Ésta es la triste verdad de Chávez. Su pésimo gobierno acabó con el vaso de leche e hizo descender el consumo de proteínas de origen animal...

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