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domingo, 7 de febrero de 2010

¡Exprópiese porque lo digo yo!


Por: JunquitoSite
No se entiende como se habla de una propiedad social o colectiva, y se entregan unos cuantos títulos de propiedad privada de las tierras invadidas en la parroquia El Junquito, estableciendo una notable discriminación entre los habitantes, al otorgárseles solamente a aquellos identificados con el “proceso” del proyecto político del presidente. En apenas unas horas se hizo este anuncio por los medios desde el mismo Junquito y pocas horas después sale expropiando en pleno centro de Caracas otras viviendas y negocios con la escusa de “crear un gran centro histórico y un proyecto arquitectónico”

Luego nos dan esas acostumbradas clases por televisión de Capitalismo versus Socialismo mientras en las largas cadenas de radio y televisión, o a través de su programa dominical, intenta convencer a los venezolanos que él es el mesías, y sin él simplemente se desataría la debacle en el país.


Siendo el presidente mediático por excelencia, nos dice que es el Capitalismo el que expropia al pueblo, pero en contraste es él quien da las órdenes de expropiación, entonces, ¿Cómo entendemos esa dualidad de personalidad en tan importante cargo ante la dirección de Venezuela?

Los venezolanos creemos en la propiedad privada y en el trabajo como proceso para obtener los meritos y los bienes, que al final otorgan en una sociedad el estatus o calidad de vida, es por eso que las expropiaciones no son, ni serán, el mecanismo para construir proceso político alguno, que conlleva al progreso de la nación y al bienestar de sus habitantes.

Debemos aprovechar la oportunidad para felicitar al Alcalde de Libertador Jorge Rodríguez porque al parecer lo único que hace muy bien es esa labor de expropiar bienes y dar cuentas al Presidente de los locales comerciales y viviendas en el centro de la Capital.

Exprópiese porque lo digo yo, no es una razón de utilidad pública, es una razón de carácter personal que obedece al estado de ánimo e improvisación del momento, donde la ocurrencia de una idea fluye y se hace verbo por el simple capricho de ejercer la autoridad ante la investidura del cargo, pero debemos reflexionar si estamos haciéndole bien a ese abstracto al que llamamos pueblo y en su nombre se levanta una bandera “socialista”, siempre con la virtud de decir que lo comercial y lo capital es obsceno. ¿Quién es el verdadero capitalista ante esta actitud? Y ¿Por qué criminalizar el ejercicio de la propiedad privada legal mente establecida en la Constitución de la República?

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