Por: Cecilia Bermúdez-Antonella Fonseca
Internet es el motor del periodismo ciudadano. Facebook, My Space, Twitter, Flicker, Tumble, así como blogs y foros, han dado vida a este fenómeno que crece en voces y audiencias y pone en revisión la función de los periodistas
Aunque no existe una definición estándar, el periodismo 3.0 o cívico, como también se le conoce, es una actividad comunicativa horizontal (entre ciudadanos) empleada para la difusión de ideas, opiniones e informaciones, en distintos soportes (textos, imágenes, audio, video, ilustraciones) y a través de las nuevas tecnologías.
El periodista estadounidense Dan Gillmor, considerado el padre del periodismo ciudadano, refirió hace un par de años que este fenómeno “puede incluir desde la creación de un blog personal en Internet o el envío por e-mail de una fotografía sobre algún tema importante a una comunidad, grande o pequeña, a la creación de una página web de noticias. También incluye la práctica, habitual entre algunos medios de comunicación tradicionales, de ofrecer la oportunidad a su audiencia de participar como periodistas”.
El ejemplo más ilustrador de las posibilidades del periodismo ciudadano es el de la reciente crisis política en Irán, país donde la población civil asumió la responsabilidad de comunicar al mundo -con textos, videos y fotografías difundidas por Internet- las protestas post electorales de la oposición, luego de que el gobierno prohibiera a los periodistas buscar y emitir información al respecto.
En Venezuela, donde 98% de la población tiene celular y el acceso a Internet es de 77 personas por cada 100 (según datos de Jesse Chacón, ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Afines, divulgados en mayo de 2009), el periodismo ciudadano ha tomado impulso desde hace unos cinco años, especialmente con los blogs.
Desde el año pasado, los medios de comunicación ofrecen al público mecanismos de participación de “periodismo ciudadano” a través de las nuevas tecnologías, especialmente celulares e Internet. Además, han comenzado a ofrecerse cursos y talleres de formación, como el organizado por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y la asociación civil Centro de Formación de Liderazgo para la Paz (CeFormaLíder), del cual habrán egresado para septiembre próximo unas 150 personas.
Identidad en construcción
Luis Carlos Díaz, conocido blogero del país y uno de los facilitadores del curso Ucab-CeFormaLíder, prefiere usar el término comunicación ciudadana para referirse a este fenómeno, pues -aseguró- la gente utiliza la web para comunicarse y sólo de vez en cuando publica noticias.
Entre las características de esta modalidad comunicativa destacó que es autónoma, descentralizada y espontánea.Andrés Cañizález, coordinador del curso de Periodismo Ciudadano Ucab-CeFormaLíder, explicó que el periodismo ciudadano es “primo hermano” de la comunicación comunitaria. “En el fondo hablamos de lo mismo (…) Es el empoderamiento de los ciudadanos”.
Díaz explicó que los infociudadanos -productores y consumidores de información de las nuevas tecnologías- se han multiplicado por millones y compiten con los medios tradicionales. “Tú buscas en google una noticia y a la par de los grandes medios encontrarás blogs, por ejemplo”.
En este sentido, considera que el surgimiento de mecanismos de participación electrónicos dentro de los medios tradicionales es una forma de no quedarse fuera de la dinámica tecnológica. “Ellos dicen participa, pero dentro de mi corralito”.
Danisbel Gómez, jefa de la Unidad de Participación Ciudadana del diario Últimas Noticias, indicó que en el caso de ese rotativo lo que se busca con los nuevos mecanismos de comunicación con los lectores es acentuar los canales de interacción, “establecer una relación de provecho mutuo”, según los objetivos del medio.
Esta Unidad busca incluir a los lectores en el primer eslabón de la cadena informativa: la búsqueda de la noticia, a través de distintos mecanismos, como el envío de informaciones a través de la página web (www. cadenaglobal.com), la mensajería de texto y facebook, entre otros. También ofrecen cursos de formación en periodismo ciudadano y comunitario.
Explicó que el medio filtra los mensajes recibidos, obviando aquellos que, por ejemplo, ofenden a personas o contienen groserías.
En el caso de El Tiempo, los lectores cuentan con una página diaria (la número 2), donde salen publicadas sus denuncias, fotos y cartas.
El correo electrónico habilitado para el envío de dicho material es deloslectores@eltiempo.com.ve. También pueden hacerlo a través de la página web (www. eltiempo.com.ve).
Recientemente, el periódico del pueblo oriental puso a disposición del público en su página electrónica las secciones Reporte su Corte y Aseo en la Mira, para escuchar sus comentarios respecto a los servicios de electricidad y recolección de basura.
Defensa gremial
Frente a esta realidad, que despoja a los medios tradicionales del monopolio de la noticia, cabe preguntarse sobre su futuro y el del periodista profesional.
Consultado sobre el particular, William Echeverría, presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), aseguró que el trabajo de los ciudadanos y de los profesionales de la comunicación debe complementarse, “formar una llave”.
“El periodismo profesional va a tener cabida siempre que se adecúe a los nuevos tiempos y se reinvente con el avance de las nuevas tecnologías”, dijo.
Cañizález apuntó que los medios no serán sustituidos por el periodismo ciudadano, sino complementados en la medida en que los comunicadores profesionales lo aprovechen como insumo para abordar nuevas temáticas. “Debe ser visto en términos de alianza, pues no se genera competencia”.
Gómez considera que las nuevas formas de comunicación, gracias a los avances de la tecnología, obligan a establecer una relación distinta con los lectores y a revisar el papel de los medios y de los ciudadanos, pero ello no implica la desaparición de los periodistas profesionales.
En opinión de Díaz, la comunicación ciudadana es una amenaza para el periodismo viciado, “ese que se hace desde las oficinas”. Sin embargo, estima que los medios deben cambiar la forma en la que funcionan. “Vivimos un reordenamiento del ecosistema informativo”.
A juicio de Echeverría, el periodismo ciudadano requiere de maduración, pero sobre todo de mucha conciencia sobre la gran responsabilidad de manejar información.
En este sentido, Díaz refirió que en Venezuela la comunicación ciudadana carece de “masa crítica, tejidos de redes, comunidades, ciudadanos empoderados en herramientas para comunicarse y garantías de una Internet sin censura, libre y accesible”.
Cañizález apuntó que no existe ninguna regulación específica -ni deontolónica, ni legal- para esta modalidad de comunicación, razón por la cual se les ofrece un módulo de ética a los participantes.
Vale destacar que si alguno de los infociudadanos incurriera en algún delito de opinión (difamación, injuria, vilipendio) este sería juzgado según las leyes generales, como el Código Penal.
No obstante, más allá de las posibilidades de excederse en el ejercicio de la libertad de expresión o de las carencias de las que padezca actualmente, este tipo de comunicación es un buen ejemplo de democratización de la información y de empoderamiento ciudadano.
Específicamente para la sociedad venezolana es beneficiosa, por cuanto -señaló Cañizález- ayuda a “dar mayor pluralidad al ámbito comunicacional en medio de la polarización entre los medios privados y públicos. Es saludable para la democracia. Son otras temáticas con otros protagonistas”.
Internet es el motor del periodismo ciudadano. Facebook, My Space, Twitter, Flicker, Tumble, así como blogs y foros, han dado vida a este fenómeno que crece en voces y audiencias y pone en revisión la función de los periodistas
Aunque no existe una definición estándar, el periodismo 3.0 o cívico, como también se le conoce, es una actividad comunicativa horizontal (entre ciudadanos) empleada para la difusión de ideas, opiniones e informaciones, en distintos soportes (textos, imágenes, audio, video, ilustraciones) y a través de las nuevas tecnologías.
El periodista estadounidense Dan Gillmor, considerado el padre del periodismo ciudadano, refirió hace un par de años que este fenómeno “puede incluir desde la creación de un blog personal en Internet o el envío por e-mail de una fotografía sobre algún tema importante a una comunidad, grande o pequeña, a la creación de una página web de noticias. También incluye la práctica, habitual entre algunos medios de comunicación tradicionales, de ofrecer la oportunidad a su audiencia de participar como periodistas”.
El ejemplo más ilustrador de las posibilidades del periodismo ciudadano es el de la reciente crisis política en Irán, país donde la población civil asumió la responsabilidad de comunicar al mundo -con textos, videos y fotografías difundidas por Internet- las protestas post electorales de la oposición, luego de que el gobierno prohibiera a los periodistas buscar y emitir información al respecto.
En Venezuela, donde 98% de la población tiene celular y el acceso a Internet es de 77 personas por cada 100 (según datos de Jesse Chacón, ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Afines, divulgados en mayo de 2009), el periodismo ciudadano ha tomado impulso desde hace unos cinco años, especialmente con los blogs.
Desde el año pasado, los medios de comunicación ofrecen al público mecanismos de participación de “periodismo ciudadano” a través de las nuevas tecnologías, especialmente celulares e Internet. Además, han comenzado a ofrecerse cursos y talleres de formación, como el organizado por la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y la asociación civil Centro de Formación de Liderazgo para la Paz (CeFormaLíder), del cual habrán egresado para septiembre próximo unas 150 personas.
Identidad en construcción
Luis Carlos Díaz, conocido blogero del país y uno de los facilitadores del curso Ucab-CeFormaLíder, prefiere usar el término comunicación ciudadana para referirse a este fenómeno, pues -aseguró- la gente utiliza la web para comunicarse y sólo de vez en cuando publica noticias.
Entre las características de esta modalidad comunicativa destacó que es autónoma, descentralizada y espontánea.Andrés Cañizález, coordinador del curso de Periodismo Ciudadano Ucab-CeFormaLíder, explicó que el periodismo ciudadano es “primo hermano” de la comunicación comunitaria. “En el fondo hablamos de lo mismo (…) Es el empoderamiento de los ciudadanos”.
Díaz explicó que los infociudadanos -productores y consumidores de información de las nuevas tecnologías- se han multiplicado por millones y compiten con los medios tradicionales. “Tú buscas en google una noticia y a la par de los grandes medios encontrarás blogs, por ejemplo”.
En este sentido, considera que el surgimiento de mecanismos de participación electrónicos dentro de los medios tradicionales es una forma de no quedarse fuera de la dinámica tecnológica. “Ellos dicen participa, pero dentro de mi corralito”.
Danisbel Gómez, jefa de la Unidad de Participación Ciudadana del diario Últimas Noticias, indicó que en el caso de ese rotativo lo que se busca con los nuevos mecanismos de comunicación con los lectores es acentuar los canales de interacción, “establecer una relación de provecho mutuo”, según los objetivos del medio.
Esta Unidad busca incluir a los lectores en el primer eslabón de la cadena informativa: la búsqueda de la noticia, a través de distintos mecanismos, como el envío de informaciones a través de la página web (www. cadenaglobal.com), la mensajería de texto y facebook, entre otros. También ofrecen cursos de formación en periodismo ciudadano y comunitario.
Explicó que el medio filtra los mensajes recibidos, obviando aquellos que, por ejemplo, ofenden a personas o contienen groserías.
En el caso de El Tiempo, los lectores cuentan con una página diaria (la número 2), donde salen publicadas sus denuncias, fotos y cartas.
El correo electrónico habilitado para el envío de dicho material es deloslectores@eltiempo.com.ve. También pueden hacerlo a través de la página web (www. eltiempo.com.ve).
Recientemente, el periódico del pueblo oriental puso a disposición del público en su página electrónica las secciones Reporte su Corte y Aseo en la Mira, para escuchar sus comentarios respecto a los servicios de electricidad y recolección de basura.
Defensa gremial
Frente a esta realidad, que despoja a los medios tradicionales del monopolio de la noticia, cabe preguntarse sobre su futuro y el del periodista profesional.
Consultado sobre el particular, William Echeverría, presidente del Colegio Nacional de Periodistas (CNP), aseguró que el trabajo de los ciudadanos y de los profesionales de la comunicación debe complementarse, “formar una llave”.
“El periodismo profesional va a tener cabida siempre que se adecúe a los nuevos tiempos y se reinvente con el avance de las nuevas tecnologías”, dijo.
Cañizález apuntó que los medios no serán sustituidos por el periodismo ciudadano, sino complementados en la medida en que los comunicadores profesionales lo aprovechen como insumo para abordar nuevas temáticas. “Debe ser visto en términos de alianza, pues no se genera competencia”.
Gómez considera que las nuevas formas de comunicación, gracias a los avances de la tecnología, obligan a establecer una relación distinta con los lectores y a revisar el papel de los medios y de los ciudadanos, pero ello no implica la desaparición de los periodistas profesionales.
En opinión de Díaz, la comunicación ciudadana es una amenaza para el periodismo viciado, “ese que se hace desde las oficinas”. Sin embargo, estima que los medios deben cambiar la forma en la que funcionan. “Vivimos un reordenamiento del ecosistema informativo”.
A juicio de Echeverría, el periodismo ciudadano requiere de maduración, pero sobre todo de mucha conciencia sobre la gran responsabilidad de manejar información.
En este sentido, Díaz refirió que en Venezuela la comunicación ciudadana carece de “masa crítica, tejidos de redes, comunidades, ciudadanos empoderados en herramientas para comunicarse y garantías de una Internet sin censura, libre y accesible”.
Cañizález apuntó que no existe ninguna regulación específica -ni deontolónica, ni legal- para esta modalidad de comunicación, razón por la cual se les ofrece un módulo de ética a los participantes.
Vale destacar que si alguno de los infociudadanos incurriera en algún delito de opinión (difamación, injuria, vilipendio) este sería juzgado según las leyes generales, como el Código Penal.
No obstante, más allá de las posibilidades de excederse en el ejercicio de la libertad de expresión o de las carencias de las que padezca actualmente, este tipo de comunicación es un buen ejemplo de democratización de la información y de empoderamiento ciudadano.
Específicamente para la sociedad venezolana es beneficiosa, por cuanto -señaló Cañizález- ayuda a “dar mayor pluralidad al ámbito comunicacional en medio de la polarización entre los medios privados y públicos. Es saludable para la democracia. Son otras temáticas con otros protagonistas”.
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