¿Solidaridad o faramallería rojita?

Por: JunquitoSite

Sabemos que las mujeres en los países árabes son consideradas objeto de hecho, entonces nos preguntamos ¿La presidente de la Asamblea Nacional estará consciente hasta donde llega su solidaridad?

Tanta presunta solidaridad sorprende, a tal punto que hasta parece burla e irrespeto hacia los ciudadanos palestinos, que funcionarios venezolanos de alto nivel se coloquen en los hombros el “kuffiyeh” o “kufiyya” o “hatta”, pronunciado “cofia” en español, es decir, lo que conocemos como el “pañuelo palestino. Hay una buena dosis de deshonestidad en quien, de entre nosotros, se pone el típico pañuelo a cuadros blancos y negro que popularizó en sus días a Yasser Arafat. No se viste porque se sea pro-palestino, se usa como un símbolo de ser en realidad anti-israelí, y la falta de condena al grupo terrorista Hamas. ¿Estaremos haciendo de nuevo el ridículo?

Dicho “pañuelo o bufanda” era el utilizado por el difunto Arafat, líder de la Autoridad Nacional Palestina, quien por cierto, mientras era un destacado y reconocido multimillonario, su pueblo se moría de hambre. Lo señalo para los que atribuyen a EE.UU. la culpa de todas las “miserias” palestinas. Muchos de los portadores de ese “pañuelo” no tendrán ni idea de lo que representa ni de las vinculaciones que el señor Arafat tenía.

Ahora los rojitos de nuestro país se quieren identificar con la causa Palestina, por aquello de "los pueblos oprimidos del mundo", la "solidaridad internacional", "la lucha contra el imperialismo", que han dado lugar a infinitos tipos de marxismo: internacionalista, y nacionalista, terrorista y humanista, belicista y pacifista, identitario, eurocomunismos, comunismos ecológicos, feministas y homosexuales. Sin embargo es recomendable la prudencia exigida en la diplomacia que mantienen, respecto al conflicto en Oriente Medio, los países más avanzados de la Unión Europea junto con Estados Unidos, que han sido garantía en la búsqueda del equilibrio en la paz, ya que estamos hablando de un conflicto que viene de antaño y en el que intervienen una cantidad de factores que exigen para su análisis cautela, precaución y requieren de la posición neutral y equilibrada de Venezuela ante las muertes de los ciudadanos de los países en guerra y principalmente los niños y civiles.

¿Y por qué ese odio de los radicales y la izquierda a Israel? Aunque se diga lo contrario, no por lo que Israel hace, sino por lo que es. Le odian por lo mismo que los islamistas nos odian a nosotros los occidentales. Desde que les abandonara el proletariado y ellos no supieran que decir en el terreno económico que no contradijera su teoría de la lucha de clases, la izquierda radical, se enzarzó en una guerra cultural contra los valores occidentales.

Los políticos venezolanos deben ser prudentes y no equivocarse al pretender utilizar el dolor ajeno, ni mucho menos de la guerra para tratar de traficar la ideología de izquierda trasnochada con el pretexto de solidaridad ante el complicado conflicto político-religioso de la franja de Gaza.