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jueves, 15 de enero de 2009

Los educadores, con perfil similar a los egresados de universidades, aseguran que “no lavarán cerebros”


Por: Liza López

El Nacional
El docente egresado de las universidades e institutos pedagógicos y el nuevo maestro bolivariano tienen más visiones en común de lo que creen. La línea que dibuja sus perfiles pareciera estar trazada con el mismo pincel. Las diferencias, claro, sobresalen y se confrontan en el interior de esa silueta.


Los síntomas de la polarización también crean tensiones entre los educadores. De un lado, les asusta la idea de que junto con los 15.635 maestros bolivarianos que se incorporan a las escuelas hoy, ingrese un fuerte matiz político e ideológico a las aulas. Del otro lado, aseguran que no lavarán cerebros y que están listos para trabajar donde la revolución los necesite.


“Lo que hay es un cambio cuantitativo, no cualitativo”, piensa Francia Celis, vicerrectora de Docencia de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. El contingente de maestros bolivarianos se formó en la Misión Sucre y posee un título de licenciatura, avalado por la Universidad Bolivariana de Venezuela. Celis considera que esa formación paralela busca desplazar a los docentes formados en universidades.


No avalan, subraya, esos cambios bruscos del perfil del educador. “Mientras no haya cambio en el diseño curricular, el docente debe seguir la formación que dicta la Constitución y el diseño curricular actual”, afirma.


Al presidente de la Asociación de Profesores del Instituto Pedagógico de Caracas, Gustavo Poleo, le parece que es un retroceso histórico en la formación docente. El perfil del maestro normalista dejó de tener vigencia en la década de los setenta, y ahora vamos hacia la profesionalización de la docencia, asegura.


Ese profesional del que habla Poleo se gradúa con capacitación integral (competencias y contenidos); la meta es que haga que los alumnos participen en el diseño de actividades y en los temas que estudiarán.


Los maestros bolivarianos se forman con unas directrices similares.
Poleo cree que los egresados de la Misión Sucre son afectos al Gobierno, que “quieren ideologizar a los estudiantes con un pensamiento único.


Nosotros luchamos por la pluralización del pensamiento”.
Docente integral. La vocación de Miriam de Alfonso no se ha desanimado jamás. Lleva 44 años como maestra y hace un tiempo decidió sacar la licenciatura en Educación en la Universidad Simón Rodríguez.


Sus alumnos de primer grado de la escuela Eleazar López Contreras en la urbanización Montecristo, le hicieron un dibujo para el Día del Maestro y escribieron una dedicatoria: “Me gusta mi profesora. Es cariñosa, amable, sabe cómo explicar las cosas. Feliz día”.


Aunque se formó con la filosofía de la escuela normal, ha evolucionado como evolucionó la pedagogía en Venezuela. Ahora se empeña en hacer que el estudiante participe, reflexione. Es la corriente del constructivismo: el alumno construye su propio aprendizaje. “Ya no hay que ser el profesor sabelotodo, el de la clase magistral, sino el que trata de buscar una respuesta entre todos”.


No conoce bien el perfil del maestro bolivariano, pero está casi segura de que los están adiestrando con un componente ideológico muy fuerte.


“Esa carga política se la han puesto ahora. La función del maestro no es adoctrinar, sino abrirle el panorama al niño o al joven para que él luego decida”, subraya.


Gilberto Muñoz, maestro con dos años de experiencia en la misma escuela, piensa que la discusión debe centrarse más bien en los problemas estructurales de la educación venezolana, y no tanto en el nuevo contingente de maestros bolivarianos. “La educación es muy improvisada y así no se llega a la meta. Algunos directivos se preocupan por mejorarla, pero otros están por cargos políticos”, afirma.


Como en todo, reflexiona, siempre hay buenos y malos estudiantes. Los nuevos maestros bolivarianos, recuerda, son en su mayoría adultos con familia, gente de la tercera edad: “Tienen un punto de vista diferente, sus necesidades son otras. Lo que realmente importa es su vocación de servicio. Eso es lo fundamental en buen maestro”.

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