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domingo, 28 de diciembre de 2008

Chávez reparte regalos con dinero venezolano


Por: El Nacional

El Centro de Investigaciones Económicas los contabilizó y concluyó que la mayor parte de la ayuda no figura en el presupuesto nacional. Este año los gastos en el exterior sumaron 78,4 millardos de dólares. Petróleo, refinerías, cheques y viviendas engrosan la lista de donaciones de Hugo Chávez a otros países. La solidaridad basada en la afinidad política se lleva recursos de la nación, incluso por medios poco transparentes.

Es una suerte de San Nicolás que, aunque viste de rojo, no se transporta en un trineo arreado por renos, sino en un avión presidencial que costó 75 millones de dólares. No sale del Polo Norte sino del aeropuerto de Maiquetía y en cualquier época del año. El regalo más caro que ha otorgado ha sido, quizás, el que costó 166 millones de dólares: la reactivación de la refinería petrolera de Cienfuegos, en Cuba. Según reportes recientes, procesa 65.000 barriles al día y en su segunda fase se invertirán 1,4 millardos de dólares, para que llegue a 150.000 barriles diarios en 2013.

Combustible barato para la calefacción de los pobres en Estados Unidos, asfalto para las calles londinenses, una flota de camionetas para la seguridad del jede del Estado de Bolivia y obras de infraestructura en Nicaragua son también parte de los obsequios que el presidente de la República, Hugo Chávez, ha hecho a otras naciones. Se ha proyectado su imagen de benefactor en la región y ya son varios los países que, aunque se negaban al principio a recibir la ayuda venezolana, ahora se muestran complacidos como Costa Rica y Honduras de formar parte de la lista de beneficiarios.

Los boyantes precios del crudo que sobrepasaron por meses la barrera de los 100 dólares permitieron que, luego de la crisis política entre 2002 y 2004 (con el telón de fondo de la creación de las misiones sociales, la campaña por el revocatorio presidencial y la posterior victoria oficial), las ayudas económicas al exterior se incrementaran. La afinidad política e ideológica ha signado la cooperación con otros países, incluso a través de mecanismos que analistas consideran irregulares.
A manos llenas.

La cooperación de Venezuela con Cuba ha sido copiosa desde 2001, cuando se firmaron convenios energéticos para suministrarle a la isla 100.000 barriles diarios de petróleo a precios especiales. Con los años, Venezuela pasó a ser el árbol frondoso a cuya buena sombra se han acogido, primero, el gobierno de Fidel Castro y, luego, el de su hermano Raúl.
De acuerdo con cifras oficiales, los proyectos bilaterales desarrollados desde 2006 suman 3,6 millardos de dólares, y se han destinado a sectores como el petrolero, turístico, agricultura, salud, educación y deportes.

Como retribución, cerca de 20.000 médicos cubanos vinieron a atender la Misión Barrio Adentro, 6.000 entrenadores deportivos de alto nivel se trasladaron al país y 1.400 técnicos agrícolas de la isla asesoran a productores venezolanos.
En 2005, el Centro de Investigaciones Económicas, grupo de consultorías para los sectores público y privado fundado a finales de la década de los ochenta, comenzó a elaborar una relación de los anuncios de donaciones y adquisiciones que realizan en el exterior el Presidente y altos funcionarios.

La tendencia ha sido al alza: entre 2005 y 2006 casi se triplicó el gasto anunciado para otros países, cuando pasó de 18,8 millardos de dólares a 42 millardos.
En 2007 alcanzó 70,2 millardos de dólares y hasta el pasado lunes 22 de diciembre iban 78,4 millardos. Si se concretaran todos los anuncios sobre donaciones al exterior, esta cifra representaría 85% de los ingresos de la nación en los últimos 11 meses, según cálculos del Cieca, basados en datos del Banco Central de Venezuela.

El Cieca nutre su base de datos de la revisión de las declaraciones de Chávez o de sus ministros, que aparecen reseñadas en los principales medios de comunicación del país. Pero, en ocasiones, se encuentra con menciones de donaciones que no especifican el monto o que se refieren a una región sin dar detalles sobre los países que recibirán el dinero, los equipos o los materiales.

“Hay una gran irresponsabilidad en el anuncio de gastos en el extranjero”, es la primera conclusión a la que ha llegado Franklin Rojas Penso, ingeniero, magíster en desarrollo económico de la Universidad de París y director del Cieca, después de tres años de contabilizar los regalos que Chávez divulga en sus múltiples alocuciones o giras al exterior. “Casi todos esos gastos no figuran en el presupuesto nacional. Son cosas que dice, que de repente se cumplen. El segundo hallazgo es que hay una derivación del ingreso nacional hacia el exterior que, aunque no sea todo lo que aparece en los anuncios, sí es considerable. Esto constituye una violación a la Constitución, que establece que no se puede erogar un centavo sin que esté previamente presupuestado”, subraya.

Los caminos verdes. Las cuentas de la cooperación internacional no son del todo claras.
Rojas Penso explica que los informes del Cieca se basan en los anuncios presidenciales porque no existen fuentes oficiales que indiquen detalladamente las erogaciones.

Richard Obuchi, economista experto en políticas públicas y docente del IESA, coincide.
Afirma que es difícil evaluar los proyectos porque los anuncios sobrepasan la ejecución de las obras: “Se han usado dispositivos parafiscales, que no están sujetos a mecanismos de rendición de cuentas, como puede ser la Asamblea Nacional.
Sobre el fondo iraní y el chino se desconoce la ejecución de las partidas. Más allá de menciones de autoridades, no están disponibles los balances y estados financieros”.

Los recursos se manejarían en paralelo al presupuesto nacional aprobado por el Parlamento a través del Fondo de Desarrollo Nacional, que tiene una disponibilidad cercana a los 40 millardos de dólares, provenientes de los ingresos petroleros extraordinarios y de las reservas excedentarias del Banco Central de Venezuela; así como de las partidas que destina directamente Pdvsa a proyectos con otras naciones. Estos serían los principales medios a través de los que el Gobierno aporta dinero al exterior sin pasar por el control de las instituciones del país, aun cuando la Constitución establece en el artículo 314 que todo gasto de la República debe estar presupuestado.

Obuchi señala que, aunque el Fonden publica algunos balances, no lo hace de manera pormenorizada. Además, Pdvsa incluye los acuerdos energéticos en sus cuentas por cobrar, sin explicar cuánto se ha financiado para cada país participante de los convenios.
Corrupción latente. Otras vías para hacer llegar dinero al exterior ponen en tela de juicio la transparencia de las donaciones. El caso del maletín con 800.000 dólares incautado a Guido Antonini Wilson en Argentina, en agosto de 2007, con una presunta contribución para la campaña de la ahora presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ha representado el clímax de lo turbias que pueden ser estas transacciones.

Un episodio más, en el que una maleta fue la protagonista, ocurrió cuatro meses después: en diciembre de 2007 detuvieron en Bolivia al capitán de la Fuerza Aérea Venezolana, Luis Michel Klein, ex gerente general de la sucursal del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social en el país andino, entidad a través de la cual el Gobierno venezolano canaliza los recursos destinados a los programas sociales del Tratado de Comercio de los Pueblos de la Alternativa Bolivariana de las Américas. El oficial llevaba un maletín con el equivalente a 872.000 dólares, que serían entregados a una cooperativa agroindustrial, según la versión oficial.

El diputado Obdulio Camacho, miembro de la Comisión de Contraloría de la Asamblea Nacional, hace énfasis en que Venezuela no sólo otorga donaciones, sino que la mayoría de los proyectos que se desarrollan en otros países con fondos nacionales son producto de acuerdos en materia financiera, laboral, energética o tecnológica. “Vivimos en una comunidad. El país tiene ingresos suficientes como para ayudar a sus vecinos. Como establecen las leyes, los proyectos pasan por la Asamblea para que, con el instrumento legal, se puedan firmar los convenios”, asegura.

¿Pasan directo, sin discusión alguna? “No será la Asamblea una traba para lo que el Ejecutivo quiera hacer con otros países”, responde el parlamentario, que explica los beneficios de los acuerdos de intercambio firmados, por ejemplo, con países como Brasil, Argentina y Uruguay, de donde se importó ganado para solucionar la escasez de leche.


Admite, sin embargo, que las mafias internacionales pudieran aprovecharse de los intercambios con otros países, y que episodios de corrupción como el caso del maletín deben ser investigados.
Solidaridad enmascarada. A principios de diciembre, cuando la Unión Europea y Estados Unidos cesaron la ayuda económica a Nicaragua por cuestionamientos a las elecciones regionales del 9 de noviembre, el presidente Daniel Ortega se mostró tranquilo. Afirmó que no se “arrodillaría” para pedir el desembolso del dinero que financiaba proyectos de infraestructura y pequeños y medianos productores agrícolas, pues su homólogo Hugo Chávez le había prometido cubrir el déficit.

Pocos días pasaron para que la promesa comenzara a cumplirse. La noche del 10 de diciembre, en la Plaza de la Revolución, en Managua, Ortega entregó 2,5 millones de dólares financiados por Venezuela a 1.500 pequeños y medianos productores. Los créditos son parte de un programa que se inscribe en el ALBA, y beneficiará a 1.700 familias.

Para la internacionalista Elsa Cardozo, la postura solidaria del gobierno de Venezuela ante la región ha tenido dos períodos. En el primero, explica, se pretendía proyectar la imagen de un gobierno que se preocupaba por el impacto que los altos precios del petróleo tenían sobre los países menos favorecidos. Entonces, se adelantaron proyectos como Petrocaribe y el ALBA, que incluyeron a otras naciones, además de Cuba, con la que se firmaron los primeros acuerdos de cooperación. “Hubo acercamientos y búsqueda de una buena imagen con la compra de bonos de la deuda, ofrecimientos de dinero y facilidades petroleras, trueques y otras maneras de ayudar, que le dieron, inicialmente, réditos políticos”.

Pero el interés afloró y la revolución bolivariana ha presionado para ganar posturas incondicionales con su discurso político e ideológico. Las denuncias de intervención por la proliferación de las Casas del ALBA en Perú y las protestas de alcaldes en El Salvador y Nicaragua porque Venezuela, presuntamente, financia a los funcionarios de partidos afines, son ejemplos recientes. “Las ayudas se hicieron visiblemente inspiradas en la intervención en la política interna de los países afirma Cardozo. Uno de los casos más duros es el de Bolivia. La asistencia de Venezuela se convirtió luego en injerencia en decisiones como la nacionalización de la industria de hidrocarburos, cuyo anuncio se hizo hasta con militares venezolanos”.
Sin embargo, la académica dice que la cuenta política que sacó el presidente Chávez al brindar las ayudas, no le ha dado resultados del todo favorables. “Con Bolivia ha alcanzado apoyo incondicional. Pero en Nicaragua ha logrado poco.

Daniel Ortega lo apoyaen sus posiciones públicas, pero no en asuntos de fondo. Ortega es extremadamente pragmático y cuida sus relaciones con Estados Unidos, con quien tiene un tratado de libre comercio”.

Ecuador, Argentina y los países del Caribe anglófono tendrían una agenda propia en la arena internacional. “Son celosos de que se condicionen sus posiciones, lo que no quiere decir que no aprovechen la ayuda venezolana. Las otras naciones están haciendo sus cuentas económicas y corean a Chávez sólo en temas en los que lo acompañarían con o sin dinero”, aclara Cardozo.

El escenario de la crisis económica mundial, no obstante, puede afectar la generosidad venezolana. Con los precios del petróleo por debajo de 40 dólares y un presupuesto nacional basado en un barril a 60 dólares, se hará cuesta arriba cumplir, incluso, los compromisos dentro del país. El gasto público para 2009, aprobado por la Asamblea Nacional, es de 77,8 millardos de dólares (167,4 millardos de bolívares fuertes), casi igual a la cantidad de dinero que se ha anunciado -aunque no necesariamente se ha concretado- para prodigar en el exterior en el último año, según datos del Cieca.

En alocuciones recientes, el presidente Chávez ha confiado en la disponibilidad de recursos para hacer frente a la crisis: a los 40 millardos de dólares del Fonden suma otros 40 millardos de las reservas del BCV.

Pero los economistas avizoran ajustes al presupuesto ante los bajos precios del crudo. Existe el peligro de que la bolsa de regalos no esté tan llena el próximo año.

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