El mejor aliado del equipo paraguayo no fue el arquero sino el poste que paro repetidas veces el intento de gol por parte de la selección venezolana además de un arbitraje parcializado quien arremetió contra la oncena venezolana. Vimos un partido cargado de emoción con un final cero a cero pero que se definió a punta de penaltis. La Vinotinto murió con las botas puestas en el campo, peleando hasta el último minuto en posición defensiva ante el equipo paraguayo, pero en Venezuela estamos orgullosos de nuestro equipo Vinotitnto.
Tras la definición por la vía penal, jugadores de la Vinotinto y del equipo guaraní, protagonizaron insultos que terminó con algún intercambio de golpes. Una trifulca, con pelea incluida entre los dos equipos en el acceso a los vestuarios, prolongó la tensión de la semifinal de la Copa América que jugaron Paraguay y Venezuela.
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