Por: Andrés Cañizalez
El aforismo de que el poder absoluto corrompe parece tener sentido en la Venezuela gobernada por más de una década por el mismo hombre, donde hasta los espectáculos como Jesucristo Superestrella sufren la censura de los patrocinantes
Este año en materia de libertad de expresión e información hemos tenido conocimiento de mecanismos que tradicionalmente se les considera indirectos para generar censura, sino que estamos ante un modelo político perverso.
La perversidad en el ejercicio del poder evidencia, a todas luces, el miedo de perderlo, y para la ciudadanía con una apuesta democrática en Venezuela debe ser una clara señal de que debemos acudir a votar en las próximas elecciones parlamentarias.
Volvamos a lo nuestro. En cuestión de pocas semanas del año 2010 hemos tenido al menos tres hechos que evidencian tal ejercicio de perversidad con el fin de acallar expresiones, castigar puntos de vista disidentes, en fin se trata, sin más ni menos, que el poder ejercido largamente se va perfeccionando para intentar seguir en tal posición.
En tal apuesta se apelan a las acciones indirectas que intentan colocar un velo sobre el asunto de fondo: el plan oficial de cercar la libertad de expresión y de pensamiento.
Así, el segundo blackout de RCTV, en enero pasado, el gobierno se lo adjudica a las cableoperadoras “que hicieron cumplir la ley”; de igual forma el chantaje ejercido sobre los accionistas de Globovisión, se presenta como un asunto empresarial, cuando en realidad entraña una maniobra política con efectos nefastos para el ejercicio de un periodismo independiente y crítico.
En una columna anterior lo sostuvimos: el gobierno va perfeccionando sus acciones en este campo y, como lo evidencia un nuevo caso, va logrando –por vía del chantaje y/o la imposición- sumar a otros actores a su cruzada de restricciones.
El pasado 25 de febrero se dio a conocer un caso emblemático en esto último que hemos señalado. La empresa de espectáculos Palo de Agua Producciones, que en los últimos tiempos presentó obras internacionales como El violinista sobre el tejado y Los Productores, y que ahora exhibe una nueva temporada de Jesucristo Superestrella, hizo del conocimiento público unas condiciones retorcidas por parte de BlackBerry RIM y Movilnet para poder hacer efectivo un patrocinio acordado para la obra en cartelera. Se les dio una lista negra de medios.
El patrocinio económico estaba condicionado a que no se publicarán avisos publicitarios en una serie de medios, que grosso modo podemos definir como críticos. Movilnet, lo sabemos, ya había aplicado junto a su hermana mayor, la Cantv, una política publicitaria discriminatoria que se puso en práctica al día siguiente de que fue estatizada la empresa madre y sus filiales.
Un caso emblemático, que se evidenció en un estudio que realizamos, fue con El Correo del Caroní, este diario de Guayana sostenía una larga relación publicitaria con Cantv, la cual quedó sin efecto apenas llegó el poder del gobierno a la empresa. La suspensión de los avisos fue inmediata, sin importar lo previamente convenido.
La lista negra de BlackBerry RIM y Movilnet es la siguiente: diarios El Nacional, El Universal, El Nuevo País y TalCual, la revista Zeta, el canal de televisión Globovisión y la emisora de radio Ateneo FM.
Conviene revisar lo señalado por Palo de Agua Producciones en su comunicado público. Según la empresa se había alcanzado un acuerdo verbal el 7 de enero pasado, según el cual la empresa canadiense que fabrica los populares aparatos y la telefónica estatal, serían los patrocinadores platinum de la temporada del musical.
“Durante el mes de enero trabajamos conjuntamente en todos los detalles de la campaña, incluyendo la mención y la ubicación de los logos en el arte final diseñado para cada medio, la presencia de las marcas en el Aula Magna, el borrador de contrato, forma de pago y otros detalles”.
Sin embargo, el día 29 de enero y tras el envío de la imagen final de la publicidad, los productores de eventos fueron convocados a una reunión en la sede de Movilnet en el que se informó “la nueva y definitiva condición del acuerdo”, que establecía la prohibición de pauta publicitaria en los medios mencionados.
De acuerdo con el comunicado firmado por Yair Rosemberg y Michel Haussman, en nombre de la productora, “exigirle a Palo de Agua que discrimine en contra de medios de comunicación específicos, particularmente aquéllos a través de los cuales nos hemos tradicionalmente comunicado con nuestro público, es inadmisible.
Aceptarlo iría en contra de nuestros principios y de los que deben guiar el comportamiento responsable de las personas y las organizaciones en una sociedad libre y democrática”.
Y como punto final dejan este mensaje: “Blackberry RIM y Movilnet están en la libertad de pautar con los medios que prefieran, aunque hacerlo con criterios políticos es cuestionable profesionalmente, comercialmente y éticamente”.
Estamos ante un claro mecanismo indirecto para castigar a unos medios que son críticos y que actúan con una línea editorial independiente, y para ello se utiliza a un tercero.
La gallardía y el compromiso democrático de Rosemberg y Haussman le han permitido conocer a la sociedad venezolana de este caso, pero en este tiempo de perversidad política, cabe preguntarse: ¿cuántos otros espectáculos habrán sido sometidos al mismo chantaje económico y sus responsables sencillamente habrán bajado la cabeza, aceptando tales condiciones?
El aforismo de que el poder absoluto corrompe parece tener sentido en la Venezuela gobernada por más de una década por el mismo hombre, donde hasta los espectáculos como Jesucristo Superestrella sufren la censura de los patrocinantes
Este año en materia de libertad de expresión e información hemos tenido conocimiento de mecanismos que tradicionalmente se les considera indirectos para generar censura, sino que estamos ante un modelo político perverso.
La perversidad en el ejercicio del poder evidencia, a todas luces, el miedo de perderlo, y para la ciudadanía con una apuesta democrática en Venezuela debe ser una clara señal de que debemos acudir a votar en las próximas elecciones parlamentarias.
Volvamos a lo nuestro. En cuestión de pocas semanas del año 2010 hemos tenido al menos tres hechos que evidencian tal ejercicio de perversidad con el fin de acallar expresiones, castigar puntos de vista disidentes, en fin se trata, sin más ni menos, que el poder ejercido largamente se va perfeccionando para intentar seguir en tal posición.
En tal apuesta se apelan a las acciones indirectas que intentan colocar un velo sobre el asunto de fondo: el plan oficial de cercar la libertad de expresión y de pensamiento.
Así, el segundo blackout de RCTV, en enero pasado, el gobierno se lo adjudica a las cableoperadoras “que hicieron cumplir la ley”; de igual forma el chantaje ejercido sobre los accionistas de Globovisión, se presenta como un asunto empresarial, cuando en realidad entraña una maniobra política con efectos nefastos para el ejercicio de un periodismo independiente y crítico.
En una columna anterior lo sostuvimos: el gobierno va perfeccionando sus acciones en este campo y, como lo evidencia un nuevo caso, va logrando –por vía del chantaje y/o la imposición- sumar a otros actores a su cruzada de restricciones.
El pasado 25 de febrero se dio a conocer un caso emblemático en esto último que hemos señalado. La empresa de espectáculos Palo de Agua Producciones, que en los últimos tiempos presentó obras internacionales como El violinista sobre el tejado y Los Productores, y que ahora exhibe una nueva temporada de Jesucristo Superestrella, hizo del conocimiento público unas condiciones retorcidas por parte de BlackBerry RIM y Movilnet para poder hacer efectivo un patrocinio acordado para la obra en cartelera. Se les dio una lista negra de medios.
El patrocinio económico estaba condicionado a que no se publicarán avisos publicitarios en una serie de medios, que grosso modo podemos definir como críticos. Movilnet, lo sabemos, ya había aplicado junto a su hermana mayor, la Cantv, una política publicitaria discriminatoria que se puso en práctica al día siguiente de que fue estatizada la empresa madre y sus filiales.
Un caso emblemático, que se evidenció en un estudio que realizamos, fue con El Correo del Caroní, este diario de Guayana sostenía una larga relación publicitaria con Cantv, la cual quedó sin efecto apenas llegó el poder del gobierno a la empresa. La suspensión de los avisos fue inmediata, sin importar lo previamente convenido.
La lista negra de BlackBerry RIM y Movilnet es la siguiente: diarios El Nacional, El Universal, El Nuevo País y TalCual, la revista Zeta, el canal de televisión Globovisión y la emisora de radio Ateneo FM.
Conviene revisar lo señalado por Palo de Agua Producciones en su comunicado público. Según la empresa se había alcanzado un acuerdo verbal el 7 de enero pasado, según el cual la empresa canadiense que fabrica los populares aparatos y la telefónica estatal, serían los patrocinadores platinum de la temporada del musical.
“Durante el mes de enero trabajamos conjuntamente en todos los detalles de la campaña, incluyendo la mención y la ubicación de los logos en el arte final diseñado para cada medio, la presencia de las marcas en el Aula Magna, el borrador de contrato, forma de pago y otros detalles”.
Sin embargo, el día 29 de enero y tras el envío de la imagen final de la publicidad, los productores de eventos fueron convocados a una reunión en la sede de Movilnet en el que se informó “la nueva y definitiva condición del acuerdo”, que establecía la prohibición de pauta publicitaria en los medios mencionados.
De acuerdo con el comunicado firmado por Yair Rosemberg y Michel Haussman, en nombre de la productora, “exigirle a Palo de Agua que discrimine en contra de medios de comunicación específicos, particularmente aquéllos a través de los cuales nos hemos tradicionalmente comunicado con nuestro público, es inadmisible.
Aceptarlo iría en contra de nuestros principios y de los que deben guiar el comportamiento responsable de las personas y las organizaciones en una sociedad libre y democrática”.
Y como punto final dejan este mensaje: “Blackberry RIM y Movilnet están en la libertad de pautar con los medios que prefieran, aunque hacerlo con criterios políticos es cuestionable profesionalmente, comercialmente y éticamente”.
Estamos ante un claro mecanismo indirecto para castigar a unos medios que son críticos y que actúan con una línea editorial independiente, y para ello se utiliza a un tercero.
La gallardía y el compromiso democrático de Rosemberg y Haussman le han permitido conocer a la sociedad venezolana de este caso, pero en este tiempo de perversidad política, cabe preguntarse: ¿cuántos otros espectáculos habrán sido sometidos al mismo chantaje económico y sus responsables sencillamente habrán bajado la cabeza, aceptando tales condiciones?
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