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lunes, 3 de agosto de 2009

El Estado vs la Libertad de Expresión

Por: Benigno Alarcón Deza

La noche del pasado viernes 31 de Julio Venezuela hemos sido sacudida por loque podríamos calificar como el principio de una guerra en la que se decideel futuro de la libertad de expresión en Venezuela.


Y esta afirmación la hago sin el animo de ganarme las simpatías de quienescomo yo nos oponemos a lo que hoy pasa en nuestra patria y mucho menos paradarle una nueva razón para el ataque a muchos de los simpatizantes delgobierno que comparten nuestras aulas de clase y con quienes siempre hemosmantenido debates de altura con el mayor respeto. Lo hago partiendo de labase de que, sin importar donde estemos parados hoy, o mañana, losprincipios son los principios, el sol siempre sale por el oriente, y nopuede esconderse lo que esta mal tras el barniz de una legalidad malinterpretada y selectivamente aplicada.


Si bien es cierto que el primer ataque a gran escala a la libertad deexpresión se produjo con el cierre en el 2006 de RCTV, los resultados pordemás desastrosos para el gobierno -importante descenso en la popularidaddel presidente y su posterior derrota en el referéndum constitucional-trajeron como consecuencia un paréntesis obligado antes de iniciar lo queserá una nueva etapa en la ya anunciada guerra por el dominio comunicacionalque se inicia con las acciones concretas del pasado viernes, en un momentopor demás conveniente por su bajo costo dada la lejanía de nuevos eventoselectorales y el periodo vacacional que se traduce en la desmovilización deuniversidades y la ausencia física de mucha gente que sale por vacacionesfuera de la ciudad y hasta del país. Cabe ahora esperar que, tras lacomprobarse la limitada capacidad de movilización de la oposición en elactual momento, nuevas acciones similares contra diferentes medios sedesarrollen en los próximos días a un ritmo acelerado, bien sea mediante laaplicación de decisiones y sanciones administrativas o inclusive penales,haciendo uso de instrumentos como la Ley sobre delitos mediáticosactualmente en proceso ante la Asamblea Nacional.


Ahora bien, que es lo que resulta indefendible de la posición oficial enrelación a lo acontecido? Sin lugar a dudas la forma en que, aplicándoseselectivamente sanciones políticas tras falsas fachadas legales yreglamentarias en las que se trata de justificar lo injustificable, se haceun cierre selectivo de medios que se han caracterizado por difundirinformaciones y opiniones contrarias a los intereses del actual gobierno.Ypara abonar a esta afirmación solo tenemos que preguntarnos si resultacreíble que las emisoras cerradas, muchas de ellas con trayectorias quesuperaban varias décadas de programación al aire, se hayan negado a cumplirlos requisitos legales necesarios para mantener su licencia a riesgo deperder sus concesiones mientras que los cientos de emisoras comunitarias, lamayoría de ellas sin ninguna capacidad para producir su propia programacióny entre ellas algunas intoxicando el espectro radio-eléctrico con contenidosverdaderamente cuestionables, estén cumpliendo a carta cabal con toda lacompleja red de regulaciones que abarcan desde lo administrativo a lolaboral, pasando por todas aquellas regulaciones que tienen algo que decirsobre los contenido trasmitidos.


Las constituciones, así como buena parte del andamiaje legal de los Estadosdemocráticos modernos no nace del consenso, sino del disenso, y construyenen si reglas de juego para regular las relaciones de un entorno social en elque todos no pensamos igual, en otras palabras son reglas de juego queregulan como vivir y como ponernos de acuerdo en lo que no estamos deacuerdo, respetando siempre el derecho de todos los seres humanos a seriguales, pero también el derecho de quienes somos iguales a pensar, actuar yser diferentes. En este sentido, la libertad de expresión no es distinta nipuede ser tratada en forma diferente, y por lo tanto ella se constituye enprincipio rector básico del respeto por la expresión del pensamiento deciudadanos que tenemos el mismo derecho a expresarnos independientemente deque lo que digamos sea coincidente o diametralmente opuesto a lo que piensala mayoría o quien detente coyunturalmente el poder.


Pero como de nada sirve el pensamiento sin acción, creo que bien vale lapena preguntarnos cual es nuestro rol como ciudadanos en todo esto. Sinlugar a dudas, el ejercicio de la libertad de expresión a los fines de queesta, como el músculo en la medida que se ejercita, se fortalezca. Pero comolos ciudadanos común y corrientes, que no tienen un medio de comunicaciónpueden hacer esto? Mediante herramientas como las que aprendimos ypracticamos en nuestro Programa de Periodismo Ciudadano de la UCAB en dondeaprendemos herramientas que hacen posible que cualquier ciudadano seconvierta en un faro de verdad y libertad. Es imposible tapar el son con undedo, y no importa que tan nublado este, los rayos del sol siempre lograntraspasar las nubes y mostranos que aun es de día. En la actualidad hemospodido ver que pese a los esfuerzos de un gobierno como el de Irán por taparla realidad del descontento popular y de la represión en un país bastanteaislado política y culturalmente, las escenas de manifestaciones y represiónlograron superar todas las barreras y mostrarse al mundo tal como han venidosucediendo. Asimismo, hemos podido ver las dos caras del proceso enHonduras, o las escenas de abusos injustificables de parte de soldadosamericanos en Irak, entre otros muchos casos. Pero en Venezuela no nos hemosquedado atrás, gracias a periodistas ciudadanos como los que formamos ennuestro programa hemos podido aprender la realidad del mal uso de loscelulares por la juventud y emprender iniciativas para tratar de cambiarla,hemos conocido la vida real de los moto taxistas, la lucha y mortificacionesde un padre por su hija ante la indiferencia del Estado y la sociedad engeneral ante dramas como el suyo, entre muchas otras innumerables perovaliosísimas historias desconocidas para la mayoría.


La pregunta que hoy me hago es que harán nuestros periodistas ciudadanospara cubrir el inmenso espacio informativo y de opinión que el cierre de 34estaciones de radio han dejado, hasta donde la creatividad y la capacidad detrabajo de nuestra gente será capaz, como el sol, de mostrarnos que aun esdía aunque hoy este nublado, ejerciendo la libertad de expresión comoprincipio irrenunciable mostrándonos las verdades sobre la vida y la opiniónde todos, independientemente de las diferencias que podamos tener ennuestras edades, habilidades o posiciones en lo social, económico, religiosoo político. Veamos si la noche nos alcanzo y estamos entrando en una nuevaépoca de oscurantismo o si solo se trata de nubes pasajeras que seremoscapaces de superar como sociedad negada a renunciar a sus libertadesbásicas.

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