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jueves, 23 de julio de 2009

Honduras roja rojita es clave para el negocito de la droga...


Por: Eleonora Bruzual


Honduras ha sido el “Destapador” de un sinfín de escandalosos planes que la banda castrochavista tenía en pleno desarrollo para irse adueñando de toda Latinoamérica… Las denuncias sobre las redes de narcotráfico que estaban firmemente asentadas en esa Honduras convertida en provincia del imperio castrochavista, sólo han complementado lo que desde hace ya unos cuantos años se viene denunciando en relación con estos países que han estructurado junto con la tiranía castrista un verdadero cartel de la droga.

Nada debe sorprendernos, y lo que si hay que relacionar, son todas estas denuncias y todos estos informes que vinculan a Bolivia, a Ecuador, a Honduras, a Venezuela, países que desde la llegada de los forajidos en roles de presidentes, se dedicaron a sacar de sus territorios a las agencias norteamericanas de lucha contra la droga y a despejar de trabas el lucrativo negocio del narcotráfico, negocio donde la tiranía castrista tiene desde hace décadas muy metidas sus garras. Tanto que ya han transcurrido 20 años del fusilamiento del general Ochoa y otros implicados en un montaje cuyo fin fue desviar hacia otros la culpabilidad que es absolutamente de los Castro y su nomenclatura inmersos en el negocio del cual logran recursos enormes que permitieron su supervivencia durante épocas en las cuales aún no habían descubierto y camelado a la gallina de los huevos de oro que les resultó el militarote golpista venezolano.

Por tanto, es absolutamente coherente el plan castrochavista con Honduras. La reacción de ese país y sus instituciones dio al traste con todo ese plan en marcha y de allí la desesperación de la banda en pleno. Esto además se une a la acción de los organismos de inteligencia del Estado Colombiano, que lograron incautar videos y documentos donde el Mono Jojoy, un asesino consumado de esa narcoguerrilla colombiana, devela los lazos entre ellos y Rafael Correa de Ecuador, y los lazos con Hugo Chávez, financista y protector de esta banda de forajidos, para los que ha pretendido hasta estatus de fuerzas beligerante y a los que les ha entregado vastas zonas de Venezuela, donde los forajidos operan, se apertrechan y gozan de total impunidad.

Tan coherente resulta todo, que al observar la desesperada actitud de la banda hay que pensar también en la necesidad que estos malandros empoderados tienen de más y más dinero para financiarse sus canalladas… El petróleo venezolano no es suficiente, por tanto en el narcotráfico hay un gran filón y por eso se involucran más y más y por eso se desesperan al pensar que el ejemplo dado por Honduras sea el detonante para que otros pueblos salgan de ese extraño letargo que permite a la banda seguir actuando aparentemente sin oposición…

Se conoce que la tiranía castrista comenzó sus actividades dentro del narcotráfico en la década de los 70. Varios desertores así lo aseguran. También es harto conocido que en el año 1980, de acuerdo a lo declarado por un desertor de los servicios secretos de la tiranía castrista, de nombre Rodríguez Menier alias Coqui, citado en las investigaciones periodísticas que sobre el caso hizo Marcelo Fernández Zayas y que cito textual: “El colombiano Fabio Vásquez Castaño, del movimiento insurgente M-19, logró establecer contacto con Manuel Piñeiro Losada alias Barba Roja, director del Departamento América, sección de inteligencia del Partido Comunista Cubano. Vásquez Castaño propuso un negocio para la adquisición de armas de Cuba y pagos en cocaína. Piñero, expuso, a los más altos gobernantes cubanos que las drogas con destino a los Estados Unidos eran un elemento desestabilizador del gobierno y sociedad de este país. Al mismo tiempo, la cocaína era el equivalente a moneda convertible y por otro lado se ayudaba a los rebeldes colombianos. El negocio fue aprobado. La más alta jerarquía de Cuba era Fidel Castro, su hermano Raúl y el general y Ministro del Interior José Abrahantes. Aunque los hermanos Castro negaron conocimiento de este negocio, el mismo tenía forzosamente que ser conocido por el jefe de todos los servicios de inteligencia, general José Abrahantes.”

Otro punto interesante es conocer que los cargamentos de drogas confiscadas en Cuba, durante los años 80 y 90 eran mantenidos en almacenes del Ministerio del Interior y el encargado de supervisar la operación de destrucción de esa droga era el teniente coronel del Rosal, casado con una hija de Ramiro Valdes para la época jefe de inteligencia de Cuba, y hoy parte del Gabinete Ejecutivo en el Gobierno de Raúl Castro, Vice Presidente del Consejo de Ministros y Ministro de Informática, y miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y miembro del Consejo de Estado ¡Ah! Y gran amigote de Hugo el Gorila, que lo tuvo aquí conmemorando los 50 años de la tiranía castrista e irrespetando el Panteón Nacional.

Se dan cuenta entonces del porqué de la desesperación por reponer a Zelaya en la Honduras que creían provincia del castrochavismo, y porque están desesperados por el anuncio del acuerdo sobre cooperación militar que Colombia negocia con Estados Unidos y que Chávez calificó de “amenaza” y a su vez respondió con el chantaje habitual pretendiendo que Colombia no realice este acuerdo militar o de lo contrario revisará las relaciones con Colombia…

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