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lunes, 24 de noviembre de 2008

Las elecciones del 23N una perdida significativa para Chávez


Por: Venezuela Analítica
Un destacado intelectual y experto en politica internacional, participante activo además de los medios de comunicación, decía hace poco que lo importante del 23 de noviembre no está en cuántas gobernaciones y alcaldías gana la oposición, sino en cuántas pierde Chávez.

Desde ese punto de vista, los resultados de este domingo son fundamentales. El chavismo pierde un estado clave como es Miranda y sorprende a un hombre importante del PSUV como es Diosdado Cabello; pierde la Alcaldía Metropolitana que, aunque tiene mucho menos poder económico y de autoridad que lo que la gente se imagina, puede ser un gran coordinador con las alcaldías de la capital, de las cuales sólo la de Libertador –el denso centro y oeste caraqueños- queda en manos de partidarios del gobierno, aunque cabe observar que el candidato de la oposición Stalin Gonzalez obtuvo más de un 40 % de los votos: el resto de Caracas es de oposición. En la Metropolitana un veterano con ambiciones y planes, excelente político, Antonio Ledezma, dejó en el camino a otra figura importante del chavismo, Aristóbulo Istúriz. ¿Cómo actuará Jorge Rodríguez en la Alcaldía Libertador, rodeado de oposición?

El chavismo pierde Carabobo –aunque quizás habría que decir que ya lo había perdido pero a manos de un neutralizado entre gobierno y oposición como Acosta Carles, quien dicho sea de paso salió malparado apenas de tercero- . Pierde Chávez también Táchira, un estado trascendental por todo el amplio y complejo tema fronterizo con Colombia; pero justamente por eso para el gobierno era importante conservar Táchira. Y el Presidente sigue sin poder afincarse en Zulia ni, mucho menos, en Maracaibo, así como tampoco en Nueva Esparta.

El PSUV pierde sectores electorales muy densos, que serán muy importantes para elecciones de concejales –las próximas- y especialmente para las fundamentales para diputados a la Asamblea Nacional.

Le guste al presidente o no, le quedan gruesos problemas en las manos. Anzoátegui y Monagas son estados tranquilos y chavistas,aunque en el primero la oposición sacó más de 40 %, pero al mismo tiempo es sede de la industria petrolera y gasífera, y habrá que ver cómo se refleja en sus poblaciones la compleja problemática de la baja de ingresos en relación con compromisos salariales y de puestos de trabajo con miles de trabajadores. Pueden convertirse en estados realmente complicados.

Le queda en las manos al presidente, gracias a la falta de acuerdo en la oposición y especialmente a la negativa de Rojas Suárez y Primero Justicia a ceder en beneficio de Andrés Velásquez, quien llegó de segundo, y que hubiera ganado si el otro candidato se hubiese retirado. El Estado Bolívar es problemático, las industrias básicas están en condiciones críticas, los servicios de agua, energía eléctrica y seguridad personal con enormes fallas, Bolívar es un barril de pólvora con varias mechas ya puestas y con miles de trabajadores y técnicos con fósforos en los bolsillos quienes, además de sus problemas laborales, también padecen con el resto de la población las fallas de servicios públicos esenciales.

El país consolida su clara división política en chavismo y antichavismo, y los excluídos del chavismo, PPT y PODEMOS, se enfrentan a su desaparición, no ganaron en ninguno de los estados donde eran favoritos –aunque justo es reconocer que en Guárico Lenny Manuitt pierde por la negativa necia del cantante Reynaldo Armas de ceder en su favor: con los votos que se llevó, Armas, quien además quedó de tercero, Manuitt hubiera ganado.Quedá también por conocer lo que ocurrió en el resto del estado Barinas en el que triunfo del hermano del presidente fue por un margen muy estrecho.

Viene ahora el conteo lento, y cuyos resultados habrá que analizar en detalle, de los resultados de las más de trescientas alcaldías en todo el país. Y habrá que ver, con esos resultados, cuáles serán las nuevas realidades electorales de Acción Democrática, Copei, MAS, Proyecto Venezuela y el único partido que parece ir creciendo con solidez hacia convertirse en rival del mayoritario PSUV, Un Nuevo Tiempo de Manuel Rosales.

El chavismo y el Presidente Chávez han alardeado del triunfo porque ganan en la mayoría de los estados, pero no hablan de la densidad electoral de los estados donde ganó la oposición. El alarde de triunfo tendrá que irse revisando a lo largo de 2009 y 2010, lapso durante el cual la situación económica del país –salvo un improbable milagro petrolero- avanzará (¿o retrocederá?) entre compromisos sociales y políticos que, en buena parte, no se podrán cumplir. Habrá que ver también, en esos mismos años, si las grandes promesas de los líderes opositores ganadores, se cumplen.

Vienen tiempos azarosos.

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